El áloe cubre áreas difíciles de rocas. Adecuado para rocallas. Crecerán en cualquier suelo con mezcla de gravilla o cascotes y prosperarán en el lugar más caluroso y soleado que pueda encontrar para ellos.
- Puede cultivarse en macetas y mejor si son de barro.
- Está entre las plantas menos exigentes en los climas mediterráneos.
- Los áloes toleran la sequía.
- Un buen drenaje es esencial.
- Es mejor dejarlas en verano al aire libre a pleno sol. Aunque es buena alguna protección de los rayos solares en las horas más cálidas, pues de otro modo las hojas adquieren un tono rojizo.
- Riego: una vez por semana durante el crecimiento y una a dos veces al mes durante la parada.
- Deje que la tierra se seque por completo antes de volver a echar agua.
- No deje nunca agua en el plato del tiesto.
- Podredumbres por exceso de riego.
- Florecerán mejor si se les riega ocasionalmente durante el verano, pero aguantan sin riego.
- Abono: no más de 3 ó 4 aportes de abono líquido para cactáceas, durante el período de vegetación.
- Las especies de gran crecimiento necesitan ser abonadas quincenalmente. Para las demás especies es suficiente con un abonado mensual, y sólo durante el periodo de crecimiento.
- La nutrición apenas es necesaria si trasplanta el ejemplar cada 2 ó 3 años a otra maceta.
- El mantenimiento se limita, en general, al saneamiento de las rosetas: las hojas secas o estropeadas y los escapos florales ya secos tienen que cortarse al ras.
- Plagas: cochinillas de escudo.
- Trasplante: según el crecimiento, todos los años o cada 2 años en el caso de las especies de crecimiento lento. Efectuar el reemmacetado muy al principio de la primavera.
- Multiplicación: la reproducción de Aloe es sencilla, simplemente arrancando y plantando los retoños que salen de alrededor de la planta madre, preferentemente en primavera.
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